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Los caballos españoles del siglo XIX.

- INICIO.

- BREVE RESEÑA HISTÓRICA.

- CASTAS EQUINAS ESPAÑOLAS.

       - TIPO DE MARISMAS Y RIVERAS.

       - TIPO DE LAS SIERRAS.

       - TIPO DE LAS CAMPIÑAS.

       - EL CABALLO DE TIRO.

       - LA CASTA FINA.

- LA CRÍA CABALLAR EN EL SIGLO XIX.

       - EXCESO DE INTERVENCIÓN.

       - DESINTERÉS Y ABANDONO.

       - ESCASEZ DE PASTOS.

- PROBLEMAS DE INTENDENCIA.

       - REQUISAS.

       - BAJO PRECIO.

       - EL PROBLEMA DE LAS MULAS.

       - EL USO DEL COCHE.

- DESARROLLO DE LA ZOOTECNIA.

       - PRIMEROS INTENTOS DE MEJORA.

       - EL SISTEMA PASTORIL.

       - SELECCIÓN CONTRARIA.

- PERMANENCIA DE LA RAZA PURA.

      - DEPÓSITOS DE SEMENTALES.

      - DEBATE SOBRE SU CONSERVACIÓN

- RESISTENCIA DEL CABALLO ESPAÑOL.

      - MOTIVOS DE DESAPEGO.

- BIBLIOGRAFÍA.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tipo de las marismas y riberas.

 

Esta forma era la propia de las marismas y zonas palustres. La abundancia y acuosidad del alimento producía animales de gran desarrollo, con alzadas de hasta 1,60m. (José de Hidalgo) y al criarse con las patas permanentemente introducidas en el agua, sus cascos eran muy anchos, palmitiesos, blandos y fibrosos: “El caballo marismeño es más basto, menos distinguido, de más buque y alzada, lm,54 a lm,58, que el andaluz puro; ostenta una cabeza demasiado grande y pastosa y unas extremidades gruesas y bastas, con cascos estoposos y desparramados; de temperamento linfático, flojos y pesados”. (Molina Serrano, Eusebio 1899. Cría caballar y remonta).

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Recreación del caballo español del tipo de marismas y riberas.

 

Se hallaba en Sevilla, Cádiz y Huelva. En las riveras de Jaén, Córdoba y Extremadura existían tipos similares.

A las yeguas de ribera cordobesas las describían así: “El ganado de la ribera es semejante pero de 7 cuartas y 3 a 6 dedos (1,50-154m.) de alzada, cabeza acarnerada, cuello derecho y grueso, cruz gruesa y no muy alta, dorso largo, riñones estrechos y largos, grupa algo derribada y caderas estrechas, espalda carnosa y recta, brazo corto, antebrazo largo y delgado, rodillas anchas y algo empastadas, cañas cortas y planas, muslo y pierna larga, pero de poca robustez, corvejón ancho y un poco empastado. Suelen ser ligeramente pandos de los anteriores, en función de la longitud de la cuartilla. De las posteriores son mal aplomados, cerrados de atrás, remetidos y de corvejones acodados. Su temperamento es sanguíneo modificado por el linfático, efecto de la alimentación con plantas leguminosas de la ribera”. (Memoria elevada al Excmo. Sr. Ministro de Fomento.1861)

Este tipo de caballo palustre no sólo era propio de las comarcas del sur; en la costa y región central de Asturias también se encontraba este tipo de yeguas.: “En la costa y el centro son corpulentas y con proporciones análogas a las del caballo de tiro, tienen una alzada de siete cuartas a siete y seis dedos, perfil recto, cuello recto y largo, cruz baja y estrecha, dorso largo, lomo largo, grupa larga y recia, caderas redondas, espaldas largas y oblicuas, antebrazos robustos, rodillas anchas y pastosas, cañas gruesas y largas, cuartillas cortas, tendón grueso, muslo largo y robusto, corvejón ancho y algo recto, costillares redondeados, temperamento linfático. (Memoria elevada al Excmo. Sr. Ministro de Fomento.1861) Quince años antes  de la publicación de esta “Memoria” había empezado a actuar un caballo alemán (2 entre 1850 y 1860) en el depósito del Estado de Oviedo pero no es posible que esa fuese la causa de la existencia de este tipo diferenciado en aquellas zonas.

En las marismas de Cataluña aparecían animales con grupas algo derribadas, costillas planas, dorso ligeramente ensillado, cabeza abultada y temperamento linfático.

Cabe suponer que en otras zonas palustres, como la Albufera de Valencia, Laguna de la Nava o Daimiel, así como las riberas de los mayores ríos también contarían originalmente con poblaciones caballares de tipo marismeño.

Hoy en día se conoce como caballo marismeño al que se produce en las marismas del Guadalquivir, pero estos animales ya no responden al tipo natural porque han sufrido muchos cruzamientos, no sólo con otras castas españolas, sino también con otras razas exóticas. Son muy escasos los datos que han trascendido sobre la población denominada “caballos de las retuertas”, de estas mismas marismas, pero sospechamos que no se trataría de una población relicta de caballos marismeños sino, probablemente, de jacas onubenses introducidas en las marismas.  

 

 

 

Principio del documento                                                                                            El tipo de las sierras.