Doña
Clotilde - Albarracín (Teruel) Villar
del Humo – Boniches (Cuenca) Tío
Campano – Albarracín (Teruel) Los
Borriquillos del Mortero – Alarcón (Teruel) La
Ferreruela-Guadalaviar (Teruel) Puntal
del Tío Garrillas – Pozondón (Teruel) La Fenellosa –
Beceite (Teruel) La Gasulla –
Ares del Maestre (Castellón) |
Pinturas
rupestres ecuestres en la
península ibérica. En la Sierra de Albarracín existen
numerosos asentamientos prehistóricos decorados con pinturas y grabados rupestres en las que aparecen
escenas ecuestres. Estas imágenes esquemáticas denotan el conocimiento de la
técnica de la doma del caballo. Incluso, existe un grabado en el Puntal
del Tío Garrillas (Pozondón – Teruel) en el que parece que pretendieron
reflejar la escena de una jornada de doma de caballos. Para simplificar nuestra interpretación
hemos teñido con colores los distintos elementos. En ella se aprecia un doble
cercado (verde) donde se habría atrapado a un lote de caballos (rojo). En el
centro de su parte inferior hay algo parecido a un corral (verde) donde un
jinete estaría procediendo al desbrave de uno de ellos. Alrededor de este
corral otros jinetes (azul) ejercitan con caballos ya desbravados. Dos de los
caballos han desmontado a sus jinetes, uno de ellos (a la derecha) parece
levantado sobre sus cuartos traseros. Un jinete está tendido en el suelo (a
la izquierda). En la mitad superior de la cerca están representados otros
animales que bien podrían ser caballos ya domados o a los que aún no les ha
llegado su turno. Hay otros elementos (negro) que no
alcanzamos a interpretar. Hemos resaltado con círculos malvas unos símbolos,
que consisten en dos puntos, y que aparecen debajo de cada elemento. Lamentablemente, estas pinturas y
grabados rupestres, aún no están datados con exactitud, pero todo parece
indicar que los autores de estas pinturas rupestres pertenecen a una cultura
poco evolucionada basada en una economía de cazadores-recolectores. Si la técnica de la doma del caballo (y
el propio caballo doméstico) les hubiera sido aportada por culturas foráneas,
cabe suponer que también habrían obtenido otros avances culturales agrícolas
y ganaderos que les hubieran permitido acceder a medios de subsistencia menos
aleatorios. Sin embargo, esta cultura se mantiene en
una economía predatoria, previa a la economía productiva, que la encuadraría
en la primera fase neolítica. Según Martín Almagro (Un nuevo grupo de
pinturas rupestres en Albarracín. La cueva de Doña Clotilde. 1949) esta
cultura de cazadores permaneció por un muy largo periodo en la costa mediterránea
peninsular, desde el Epipaleolítico hasta fases tardías del Neolítico, por lo
que cabe interpretar que permanecieron en un relativo aislamiento cultural.
La industria lítica y la cerámica hallada en esos mismos yacimientos y ligada
a estas pinturas levantinas coinciden con esa cronología. Parece ser que los caballos domésticos no
aparecen en Francia hasta la Edad del Bronce (1.800-1.600 a.C.) y lo hacen en
la zona sur (Pascal et al. 2003. Évolution holcéne de la faune de Vértebrés
de France), por lo que cabe suponer que el conocimiento de la técnica de la
doma del caballo fue muy anterior en la Península Ibérica. Esto descarta la
posibilidad de que este avance procediera del norte o del este de Europa y
tampoco apoya la teoría de que llegara a través del Mediterráneo pues, de
haber sido así hubiese recalado en fechas aproximadas en las costas francesas
y en las ibéricas. Estas representaciones ecuestres no son
exclusivas de la comarca de Albarracín; existen otras pinturas similares en
las comarcas del Maestrazgo, Matarraña y en Sierra Morena e, igualmente,
carecen de datación exacta; se supone que se realizaron entre el 6.000 y el
3.000 a. C.
El Canjorro de Peñarrubia – Baños de
la Encina (Jaén) A falta de una correcta datación de estas
pinturas y grabados, nada impide mantener la hipótesis de la existencia de un
temprano foco autóctono de doma del caballo en la Península Ibérica. Principio del documento
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