Cabeza de pavo macho. Hembra de pavo silvestre. Pavo real (Pavo cristatus) Royal Palm. |
Origen del pavo doméstico. La especie Meleagris gallopavo se distribuye por América del norte, desde los Grandes Lagos hasta el sur de México. Su área de distribución está limitada al norte por las abundantes nevadas y al oeste por la ausencia de agua y de arbolado en el que hacer percha durante las noches, de manera que no habita en zonas demasiado frías ni tampoco en las desérticas. Las poblaciones de las zonas frías practican la migración invernal a áreas más cálidas. Presenta un fuerte
dimorfismo sexual, doblando los machos en tamaño a las hembras. Su plumaje es
pardo oscuro con irisaciones. Tienen la cabeza pelada y de color azul con
carúnculas rojas en la frente, mejillas y cuello. Los machos ostentan una
larga carúncula (moco de pavo) que les cuelga desde el nacimiento superior
del pico, un mechón con textura de crin que les nace a la altura del buche y
practican un ritual de cortejo haciendo la “rueda”, erizando las plumas de
todo el cuerpo, abriendo la cola en abanico y descendiendo las alas hasta
tocar el suelo. Las hembras tienen un plumaje más críptico. Dos machos de pavo silvestre, uno en actitud usual y el otro haciendo la rueda. Se alimentan de semillas,
frutos, insectos y lombrices que rebuscan por el suelo con su hipersensible
pico. Mantienen una considerable capacidad de vuelo que utilizan para escapar
de los predadores y para alcanzar las ramas de los árboles, donde se guarecen
para pasar la noche. Basándose en sus
características físicas se describieron seis subespecies: - Meleagris gallopavo gallopavo, que habitaba en el sur de México,
en los estados de Jalisco, Veracruz y Guerrero, y que, desde el año 2010 se
considera en peligro crítico de extinción. - Meleagris gallopavo mexicana, que ocupa las montañas del norte de
México, Arizona y Nuevo México. Es la subespecie de mayor tamaño. - Meleagris gallopavo merriami. Habita en los estados de Wyoming,
Dakota del sur, Montana, Colorado y Nuevo México. - Meleagris gallopavo intermedia. Su hábitat se extiende por
Oklahoma, Kansas, Colorado y Nuevo México. - Meleagris gallopavo silvestris. Es la subespecie más extendida y
ocupa desde la costa atlántica hasta las praderas centrales de los Estados
Unidos de América y desde el sur de Canadá hasta el golfo de México. - Meleagris gallopavo osceloa. Natural de la península de La
Florida. Los análisis genéticos
confirmaron esta clasificación excepto en el caso del M. g. silvestris y M. g.
osceloa que demostraron ser una misma subespecie. Se ignora si esto fue
históricamente así o si el M. g. osceloa ha sucumbido por dilución
genética debida a la introducción de ejemplares de M. g. silvestris en La Florida (Mock et al. 2001) A principios de 1900, todas las subespecies
de pavo silvestre sufrieron un alarmante retroceso debido al exceso de caza y
al deterioro de sus hábitats. En los EE UU se hicieron grandes esfuerzos por
revertir la situación y hoy en día están presentes en todos sus estados a
excepción de Alaska, pero no se respetaron las distribuciones naturales de
cada subespecie, introduciéndolo donde nunca existió (incluido Hawaii) y
trasladando ejemplares de unas subespecies a áreas propias de otras,
favoreciendo la hibridación y la homogenización genética. Domesticación. No se han encontrado
restos arqueológicos que lo evidencien pero se supone que el pavo fue
domesticado en Méxíco entre el 200 a. n. e. y el 700 n. e. a partir de la
subespecie Melegrides gallopavo
gallopavo. Algunos autores
defendieron la hipótesis de que la población del noroeste de los EE UU, Melegrides gallopavo merriami podría
haberse creado a partir de ejemplares domesticados de la subespecie Melegrides gallopavo mexicana
introducidos en el área por los indios Pueblo hace menos de 1500 años
(Hargrave 1970; Rea, 1980; McKusick, 1986; Breitburg 1988; Crawford. 1992),
sin embargo los análisis genéticos contradicen esa teoría (Mock et al. 2001) Cuando los españoles
llegaron al continente americano conocerían primeramente al pavo ocelado (Melegrides ocellata) en la península
del Yucatán. Esta especie es distinta, aunque próxima, al Melegrides gallopavo y, por la
vistosidad de su plumaje y por el hábito de abrir la cola en abanico les
recordó al pavo real de la India (Pavo
cristatus), entonces bastante común en España, de ahí que denominaran
pavos a esta familia de aves americanas. “Hay
muchos pavos que aunque no son de tan hermosas plumas como los de acá de
España, las tienen muy galanas y son a maravilla hermosos, y tan grandes como
los gallos de los indios y de tan buen comer” (Diego de Landa. 1566,
Relación de las cosas de Yucatán) Pavo ocelado (Meleagris
ocellata) Bernabé Cobo, en su
obra Historia Natural de las Indias comenta al respecto “No lo había en este reino del Perú, adonde lo trujeron los españoles
de la provincia de Nicaragua, por donde suelen llamar a estas aves gallinas
de Nicaragua. Por asemejarse al pavo real en hacer rueda le pusieron los
españoles nombre de gallipavo, para abrazar los dos nombres con que lo llaman
en diversas partes destas Indias”. Sin embargo en
Nicaragua no hay pavos silvestres ni
ningún otro galliforme con el que se pueda confundir. La distribución actual
del pavo ocelado es la península del Yucatán, alcanzando hasta el norte de
Chiapas y de Guatemala. Tal vez, al nombre de “gallina de Nicaragua” con que
conocían en el Perú al pavo no haya que darle más crédito que al nombre con
que le denominan en Portugal (peru) o el que utilizan en los países
anglosajones (turkey). No sabemos si esta especie llegó a ser domesticada o
no pero es evidente que existía comercio con ellos. Además de la cita de
Cobo, encontramos en Historia de la ganadería iberoamericana, de José Tudela
de la Orden la siguiente: “…diez años
antes de la conquista de México por Cortés ya se enviaban desde Nicaragua pavos
a España”, haciendo referencia a una real célula recogida en la Colección de documentos históricos,
noticias y extractos puestos en orden alfabético por Fernando Belmonte y
Clemente, fechada en Burgos el 24 de octubre de 1511, por la que se
ordena a Miguel de Pasamonte que en cada navío que zarpase desde Tierra Firme
enviase cinco pavos machos y otras tantas hembras “para que hiciesen casta”.
(Disdier, 1953) El 3 de mayo de 1518,
el capitán Juan de Grijalba desembarcó en la isla de Cozumel donde los nativos
le obsequiaron con pavos. Esta isla está fuera del área de distribución del
género Melegrides, por lo que hay
que suponer que se trataba de pavos domésticos pero ignoramos si se trataba
de ejemplares de la especie M. ocellata
oriundos de la inmediata costa del Yucatán o de la especie M. gallipavo gallipavo, procedentes
del comercio entre los mayas y los mexicas. En cualquier caso, si
el pavo ocelado estuvo alguna vez domesticado, ya no lo está y tampoco parece
haber tenido influencia alguna en la conformación del actual pavo doméstico. Cuando Hernando Cortés
y sus hombres desembarcaron en México conocieron al verdadero guajolote de
los aztecas al que los cronistas se refieren como “gallinas de la tierra”, “gallos
de papada” “pavos” o “gallipavos”, y a los que los nativos
llamaban “uexolotl”, “guajolote”,
“guanajo”, “chumpipe” o
“huehuecho”. Estas aves habían sufrido una considerable reducción de
tamaño tras su domesticación, con respecto a su ancestro silvestre pero se
criaba con profusión y pasó a formar parte de la dieta habitual de los
conquistadores. Los tlaxcaltecas ofrecen pavos vivos, asados y huevos a Cortés (Lienzo de Tlaxcala) Probablemente, de entre
los animales domésticos que aportó América, éste fue el primero en ser
adoptado por los españoles. Desde que se tuvo conocimiento de él,
prácticamente cada navío que zarpaba desde México hacia Sevilla, llevaba su
remesa de pavos. En seguida se popularizó su cría en España y se despacharon
pavos hacia todas las posesiones de la Corona. Su difusión fue muy rápida y
pronto pasó a engrosar el plantel de aves de corral de toda Europa. En 1607 los colonos
ingleses arribaron a las costas de Virginia llevando consigo a sus animales domésticos
y entre ellos al pavo de Norfolk o “Black Spanish”, regresando de esta manera
y un siglo más tarde los pavos a Norteamérica. Estos colonos se
encontraron, en la costa este de los EE UU, con el pavo salvaje (Meleagris gallipavo silvestris) e
hibridaron ambas especies logrando ejemplares de mucho mayor tamaño que sus
progenitores. Mediante su selección se crearon, en el siglo XVIII, razas como
la American Bronze, la Narragansett, la Jersey Buff y la Bourbon Red. Entre los años 50 y 60
del pasado siglo se produjo en EE UU un intenso proceso de selección sobre
estas razas intentando optimizar su rendimiento cárnico. Como resultado se
obtuvieron razas como la Broad-breasted White o la Royal Palm, a partir de
estirpes endogámicas con hipertrofia de pechuga (pechuga doble) que llegan a
sobrepasar los 22 kilos pero han perdido la capacidad de volar, caminan
dificultosamente y son incapaces de reproducirse de forma natural, siendo obligada
su fecundación artificial. Broad-breasted White Estas razas
industriales se han distribuido por todo el mundo desplazando a la casta
mejicana original. En España aún
conservamos algunas variedades de gran interés entre las que destacan el pavo
de la dehesa, el pavo oscense y el indiot o pavo mallorquín, si bien sus
censos son meramente testimoniales. Literatura consultada. -
Crawford, R.D. INTRODUCTION TO EUROPE
AND DIFFUSION OF DOMESTICATED TURKEYS FROM THE AMERICA (MELEAGRIS GALLOPAVO). Zootecnia, vol. 41, núm. 154 (extra), p.
307. 1992 -
D. W. Burt, D. R. Morrice, A. Sewalem, J. Smith, I. R. Paton, E. J. Smith, J.
Bentley and P. M. Hockin. 2003 Preliminary linkage map of the Turkey
(Meleagris gallopavo) based on microsatellite markers. International Society
for Animal Genetics, Animal Genetics, 34, 399–409 -
EMILY K. LATCH, EDWARD J. SMITH and OLIN E. RHODES J r. Isolation and characterization of
microsatellite loci in wild and domestic turkeys (Meleagris gallopavo). Molecular Ecology Notes (2002) 2, 176–178 - K. E. MOCK, T. C. THEIMER, O. E. RHODES Jr., D. L. GREENBERG
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the historical range of the wild turkey (Meleagris gallopavo). Molecular Ecology (2002) 11, 643–657 -
Landa, Diego de. 1992. Relación de las cosas de Yucatán. Biblioteca
Americana. Historia 16. -
Tudela de la Orden, José. 1993. Historia de la ganadería hispanoamericana.
Ediciones de Cultura Hispánica. |
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