image002.jpg

      losino@soscaballolosino.com    

                                             www.razasautoctonas.es                     image004.jpg

 

 

- INICIO

- VACUNO

- EQUINO – CABALLOS – ASNOS

- OVINO

- CAPRINO

- PORCINO

- AVES - GALLINAS - PAVOS

 

 

CABALLOS.

- Inicio.

- Indicios de domesticación.

- Pinturas rupestres-ecuestres.

- La encebra ibérica.

- El caballo en la España del S. XVI.

- Los caballos españoles del siglo XIX.

- El caballo Mustang.

- El caballo Quarter.

- El caballo Losino.

- El caballo Serrano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

image012.jpg

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Indicios de la domesticación del caballo.

 

Hasta ahora se había considerado que el caballo fue domesticado en las estepas caucásicas a finales del IV milenio a. C., sin embargo, nuevos análisis lo desmienten.

 

En Dereivka (Ucrania) se halló un cráneo de caballo, en estratos correspondientes al Eneolítico (4.000 a. C.) con los premolares desgastados por la acción del freno, lo que hizo suponer que se trataba de una prueba de la precoz domesticación local, pero cuando se analizó, mediante el sistema de radiocarbono, resultó pertenecer a una época mucho más reciente (700-200 a. C.).

Probablemente se enterró excavando un hoyo y esa fue la razón por la que apareció en estratos anteriores. (Anthony, David W. ; Brun, Dorcas. 2000. Exploitation de cheval d'Eneolithic dans les steppes eurasiennes : régime, rituel et équitation. Antiquité 74: 75–86.)

 

En Boltai (Kazajistán) existió una cultura, entre 3.500 y 3.000 a. C., especializada en la caza de caballos salvajes. En sus yacimientos se han recuperado 300.000 huesos de esta especie, lo que hizo sospechar que tal vez conocieran la equitación y se valieran de los caballos de montura para capturar a los salvajes pero, una vez analizados, no se han obtenido datos que permitan sostener esa hipótesis ya que todos pertenecieron a caballos salvajes cazados y consumidos (Véra Eisenmann, 2010 L’évolution des Équidés)

 

Parece evidente que, una vez desestimadas las hipótesis de doma temprana de Boltai y Dereivka, , la más clara evidencia de la domesticación y uso del caballo son los enterramientos de carros de Sintashta, en el sur de los Urales, alrededor del año 2000 a. C.

Esta fecha resulta coincidente con la de las grandes invasiones de las cuencas fértiles del sur. Alrededor de 1.800 a. C. diversas tribus de las estepas cruzaron las cordilleras que les cerraban el paso por el Sur. Los Hititas atravesaron la cordillera del Cáucaso y se establecieron en Anatolia, los Arios cruzaron los Montes Elburz, adentrándose en Irán, los Tocarios invadieron la cuenca de Tarim, en la Dzungaria. Dos siglos más tarde invadieron las civilizaciones agrícolas desarrolladas en las vegas de los grandes ríos meridionales: Nilo (1.652 a. de C.), Tigris-Eufrates (1.600 a. de C.) e Indo (1.550 a. de C.), sin que su poderío económico y demográfico pudiera evitarlo. Por Oriente también descendieron las hordas esteparias en sus carros,  penetrando en la actual China (dinastía Shang, 1600 a. de C.).

 

Las invasiones de Anatolia, Mesopotamia, Egipto y China se realizaron con carros tirados por dos caballos, no a lomos de caballo. El cambio de caballería de carros a caballería montada no se produjo en Oriente hasta el periodo comprendido entre el año 1.000 y el 800 a. C. (David W. Anthony and Dorcas R. Brown. Harnessing Horsepower 2007)

 

Los sumerios ya conocían el carro y fueron capaces de domesticar a los hemiones y engancharlos a ellos, desde el 2.500 a. C., pero no debieron resultar muy funcionales porque esa técnica no les aportó ninguna ventaja determinante con respecto a las culturas vecinas. En cualquier caso nada comparable al posterior predominio estratégico que supuso el uso del caballo.

 

Para tirar de un carro no es imprescindible que el animal posea un nivel de domesticación alto. Para ello se han usado muchas especies, como el toro (buey), el búfalo, el camello o el hemión. Pero para practicar la equitación (dominar y conducir un caballo desde su lomo con ayuda de riendas y piernas) es imprescindible que éste animal esté dotado de unas aptitudes específicas, que no todos los equinos poseen. Que se haya conseguido domar alguna cebra, hemión o przewalski no contradice lo expuesto, como tampoco, porque algunos leones aparezcan domados en los circos, permite conceptuar a su especie como domesticable.

 

Algunos investigadores no consideran la domesticación animal mientras no se aprecien cambios físicos, como variaciones en las dimensiones de los huesos, que puedan suponer una crianza selectiva, o al menos haber nacido y criado totalmente en cautiverio. Nosotros no podemos estar de acuerdo con ese planteamiento ya que no tiene porqué haber una relación directa entre ambos hechos. Una población animal puede sufrir variaciones morfológicas sin la intervención del ser humano (debidas a cambios climáticos, a cambios en la dieta, al aislamiento, a la consanguinidad, etc.) Puede también sufrir variaciones por estar confinada por el hombre, e incluso aportándole un beneficio económico, sin que por ello se pueda considerar domesticada, como ocurre con los animales de peletería.

Consideramos que, al menos en cuanto al caballo, domesticación ha de ser sinónimo de doma, es decir de la modificación de la conducta del animal mediante la aplicación de una técnica específica que permite su utilización para la carga, tiro y/o montura.

 

Por otra parte, tampoco la doma de un caballo tiene por qué afectar obligatoriamente a su fisonomía ni a la de sus descendientes. Nosotros hemos criado caballos en régimen de semi-libertad (pastaban durante toda su vida en un monte abrupto de más de 700 Has.) Los sementales se domaban a la edad de cuatro años y se les soltaba al monte con cinco, para padrear con las yeguas. Cuatro años más tarde se procedía a retirarlos para cambiar la sangre y, el mismo día en que se capturaban, se les ensillaba y montaba de la misma manera que a cualquier otro de los que habían permanecido en las cuadras, sin haber notado nunca el más mínimo extraño o recelo en sus conductas, a pesar de no haberles puesto la silla ni el bocado durante los cuatro años anteriores.

Usos similares debieron practicar las tribus ibéricas, de las que los romanos creían que tomaban los caballos salvajes de los montes para ir a la guerra.

Difícilmente, un caballo que ha sido capturado con tres años, domado a los cuatro, vuelto a poner en libertad y recogido con nueve (en mi caso) o esporádicamente (en el caso de las tribus prerromanas) podría presentar modificaciones esqueléticas como para que un paleontólogo lo pudiera conceptuar como doméstico, lo que no es óbice para que ofrezca un inestimable y completo servicio a su amo.

 

Este hecho es, posiblemente, el que dificulta la obtención de evidencias osteológicas que avalen la hipótesis del inicio de la equitación en la Península Ibérica. Aún así, parece probable la presencia del caballo doméstico en el yacimiento del Neolítico inicial de la cueva del Parralejo o de Dos Hermanas en Arcos de la Frontera.

 

 

Principio del documento.                                                                          Pinturas rupestres-ecuestres.