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Caballos del Renacimiento.

- El caballo de la España del Renacimiento.

- Léxico de la anatomía del caballo.

- Capas del caballo.

- La brida.

- La estradiota.

- La gineta, su origen.

- La gineta, descripción.

- La gineta, difusión.

- Diferencias entre gineta y brida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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La brida.

 

La brida fue la forma de combatir a caballo que se usó en Europa occidental desde los tiempos del Bajo Imperio romano hasta el siglo XVI y cuya principal característica era que, tanto el jinete como el caballo, acudían a la batalla cubiertos de armaduras. Este sistema les blindaba contra las agresiones enemigas pero, a cambio, les privaba de movilidad.

 

Origen de la brida.

Habitualmente se dice que su origen podría estar en los catafractos griegos pero es posible que sus antecedentes haya que buscarlos en el Imperio aqueménida o incluso en los asirios, ya que todo apunta a que Persia fue el foco difusor de este tipo de caballería pesada. De los aqueménidas pasó a los imperios parto y sasánida, donde se conocía como caballería asawara y a sus guerreros como caballeros savaranos. El historiador griego Amiano Marcelino describió así a la caballería sasánida:

    “Todas las compañías estaban revestidas de hierro, y todas las partes de sus cuerpos estaban cubiertas por gruesas placas encajadas rígidamente y ajustadas a sus miembros, y llevaban formas de caras humanas encajadas en sus cabezas, de tal forma que todos sus cuerpos estaban cubiertos por entero de metal, y las flechas que cayeran sobre ellos sólo podrían clavarse por los orificios de la máscara por donde veían o por donde podían respirar. De ellos, algunos estaban armados con picas, tan firmemente sujetas que se podría pensar que las sostenían con abrazaderas de bronce”.

 

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Relieve de Taq-e Bostan (Irán): Cosroes II, 22º rey sasánida de Persia (591-627), armado como savarano (Wikimedia Commons).

 

Su armamento se componía principalmente de la lanza “kontos” pero además llevaban una espada de doble filo, recta y larga, hacha, maza y arco.

Roma sufrió sus efectos y terminó adoptando este tipo de caballería durante el Bajo Imperio, de donde pasó a las tribus bárbaras que dominaron Europa occidental tras la caída del Imperio romano y que conformarían la élite guerrera de la Edad Media europea.

El Imperio romano oriental o Bizantino mantuvo este tipo de caballería pesada y la usó, desde el siglo IV al VII, para enfrentarla a la asawara sasánida, de quién probablemente tomaría los estribos en el siglo VI o VII y los trasmitiría al resto de Europa.

En Europa occidental no hay constancia del uso de los estribos hasta que los empezó a usar la caballería franca entre los siglos VII y IX.

La innovación de los estribos no afectó a la posición de las piernas, que se siguieron llevando completamente extendidas.

En la península Ibérica, la brida, fue la forma habitual de pelear a caballo entre los reinos cristianos pero convivió con la gineta, que era la manera de combatir contra los reinos musulmanes.

 

Descripción.

La brida nació con la idea de aprovechar la fuerza del caballo para transportar, además de a su jinete, sendos equipos de corazas o armaduras metálicas que hacían a ambos casi invulnerables a las armas de la época. Tanto el peso como el estorbo de las piezas metálicas limitaban la libertad de movimientos, agilidad y velocidad del caballo, por lo que se procuraban elegir caballos muy robustos que, aunque sacrificando esas cualidades ecuestres, fuesen suficientemente fuertes como para cargar con el peso sin problemas. Cuanto más grande y robusto es un caballo menos agilidad, velocidad y reflejos tiene, por lo que a los caballos usados en la brida prácticamente solo se les exigía que fuesen capaces de realizar cargas sobre las líneas enemigas, parar y volver, aunque no fuese con mucha precisión.

Para dominar a este tipo de caballos pesados, que suelen ser tercos, se utilizaban frenos de brida con las camas muy largas, que hacían una enorme presión sobre las encías y el barboquejo, y también grandes espuelas. En general toda la doma y manejo del animal se hacía mediante técnicas rudas, carentes de enjundia y refinamiento. La brida era por tanto, un sistema de equitación muy elemental.

No obstante, dado que en España no se dan de forma natural este tipo de caballos pesados (que había que traer de Francia), para pelear a la brida se usaban normalmente caballos cruzados, semipesados, y a la mayor parte de ellos no se les cubría con armaduras, lo que permitiría un tipo de equitación algo más sofisticada pero técnicamente muy inferior a la gineta.

 

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Hombres de armas castellanos del siglo XIV. “Castigos e documentos del rey Don Sancho” (Biblioteca Nacional”)

 

La silla de la brida tenía los dos arzones altos y con prolongaciones a ambos lados (formando una especie de “T”) que se ceñían a las caderas del jinete, para darle mayor sujeción. Las aciones de los estribos se llevaban tan largas cuanto eran las piernas del caballero.

El freno de la brida era muy similar a los utilizados en la actualidad pero “con mucho hierro”, con las camas mucho más largas. Podían tener el cañón (bocado) simple o partido, con desveno o atravesado, con espejuelo o liso, y el barboquejo se ceñía con cadena barbada. También usaban, asociados al freno, filete o bridón, y cabezón (cabezada de serreta), así como gamarra y muserola.

El caballero iba cubierto con una armadura completa “de punta en blanco”, compuesta de almete con baberas, gorguerín, peto con faldas, espaldar, quijotes, grebas enteras, escarpes, brazales, manoplas y gocetes. El caballo llevaba testera, capizana, petral y barda. Las armas ofensivas  eran espada de armas, estoque, puñal, maza y una larga y gruesa lanza con arandela.

A la brida también se la conoció en España como guisa; montar a la brida era sinónimo de montar a la guisa (manera) francesa, porque su uso en los reinos de España fue por influencia de las cortes europeas y muy especialmente de la francesa, por eso, la mayor parte de la nomenclatura usada en esa forma de equitación proceden del idioma francés, como brida (bride), arnés (harnais), almete (healmet), greba (grève), gocete (gousset), guantelete (gantelet), estoque (estoc), arandela (rondelle), o del italiano, como escarpe (scarpa), barda (barda), o peto (petto), y también del catalán, como capizana (capçana) o quijote (cuixot)   

 

                                                                                                                         Ricardo de Juana, 2012.

 

Principio del documento                                                                                                         La estradiota